miércoles, febrero 27, 2008

El que fué a Sevilla, perdió su silla

Hoy me he sentido a lo Julia Roberts en Pretty Woman, ya que mi madre ha tenido la amabilidad y la bondad de regalarme un vestuario completísimo para que mi gran día de mañana, en la que mi futuro está en juego, tenga éxito y me sienta además de segura de mi misma, muy guapa y que entre con todas mi buena energía y con mucha fuerza. Pero lo que más me ha regalado son unas horas extraordinarias, de risas, confidencias y mucho ánimo para que mañana pueda triunfar y por unas horas, olvidarme de esa presión, que también me acompaña, para que todo salga bien y no falle en el intento.

Puede parecer superficial que se consiga un trabajo por la ropa, pero el objetivo es simplemente que me sintiera más segura de mi misma y que ellos vean reflejado eso en mis ojos y en mi trabajo y no, a primera vista, en mi ropa. Hemos logrado combinar esas prendas en plan profesional, con algo de mi estilo y la verdad es que esa meta, se ha logrado con creces y hemos disfrutado de lo lindo.

La anécdota de la jornada ha llegado cuando al sentarnos en una cafetería, una chica brasileña, parecía, se levanta de su mesa dejando su bocadillo para ir a la barra a coger algo de ketchup y una señora, sin ningun tipo de vergüenza y muy decidida, se ha sentado en el sitio de esta chica, percatándose que había un bocadillo encima, pero qué más da, este sitio me ha gustado y aposento mi culo aquí. Cuando la chica ha vuelto, la señora no ha hecho ningun gesto de pedir perdón y muy puesta ella, o porque a lo mejor no podía volver a levantar el culo, ahi se ha quedado bien sentada, mientras que la otra pobre chica con cara de perrito triste, se ha tenido que trasladar a otra silla, por supuesto, muy alejada de la señora secuestrasillas.

Mi madre y yo hemos visto toda la jugada desde la mejor posición y no podíamos creernoslo, era como una especie de necesidad de esa mujer de ponerse ahi y no bajarse de la burra, quedarse alli como pudiera. No se, luego he pensado que podría tratarse de una cámara oculta y hemos caído como dos tontas, asi que mamá, ya sabes, trágate todos esos programas,a ver si vamos a aparecer las dos riéndonos a mares y nos ve toda Andalucía menos nosotras.

Chistes apartes, la suerte está echada y si tras el sábado pisar una mierda, me llamaron para el trabajo, voy a buscar una mañana, aunque mejor que no, que no quiero ensuciar mis zápatos nuevos.

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