viernes, enero 17, 2014

Previa "Los Hijos de Kennedy" con Maribel Verdú

Fotografía realizada por Ana Belén Robles
Mi personaje cree que va a ser la sucesora de Marilyn Monroe y no se da cuenta que hay muchas más que quieren ser como ella, pero sigue detrás de su sueño hasta que descubre que estaba roto desde el principio”

Si hace poco os hablaba de la presencia artística de Miríam Díaz-Aroca y Belinda Washington, hoy he tenido el mismo ejemplo pero además adornado con unas tablas a la hora de tratar con las personas que estábamos en la rueda de prensa envidiable. Maribel Verdú llega con necesidad de tomar un poco de agua y su respeto hacia nosotros es tal que le pide a los fotógrafos que no le tomen instantáneas hasta que termine de contestar nuestras preguntas. Quiere estar concentrada al máximo para responder lo que nosotros queremos saber de ella y aunque el máximo tiempo sea para que no pierda dicha concentración, a mí me provoca que sea una más de las causas por las que adoro a esta actriz.

Los hijos de Kennedy es una obra distinta a lo que yo había hecho anteriormente o que estamos acostumbrados a ver en el teatro porque ha sido bastante rigurosa con la que se estrenó en el año 1977. De repente son cinco actores contándole una historia al público, la historia de su vida, de cómo vivieron ellos los años 60, unos fans y otros detractores”, explica Maribel, “en mi caso, mi personaje cree que va a ser la sucesora de Marilyn Monroe y no se da cuenta que hay muchas más que quieren ser como ella, pero ella va detrás de su sueño hasta que descubre que su sueño estaba roto desde el principio”. Y finalmente con respeto a Carla, el personaje que interpreta en la obra confiesa que no siente ese paralelismo porque Marilyn Monroe sufría mucho y afortunadamente ella no. 
 
Fotografía realizada por Ana Belén Robles


Le preguntamos si se podría extrapolar a hoy en día la misma historia y nos cuenta que “cree que es absolutamente contemporánea y que dice cosas, sobre todo en los momentos de Ariadna Gil, de una contemporaneidad absoluta política y social.

Hablando de sus compañeros, nos asegura que “no hay una compañía tan maravillosa, los cinco somos uno, llevamos cuatro meses haciendo esta función y es una función difícil y si no es por mis compañeros, que son lo más grande, y si no fuera por lo que pasa entre cajas, camerinos, cenas y comidas, sería durito”. Añade “Con Emma Suárez empezamos haciendo castings y no habíamos trabajado nunca en nada y con Ari habíamos hecho cine y éramos amigas de hace muchos años pero no habíamos hecho juntas teatro y la verdad es que tenemos a dos benditos que son Fernando Cayo y Álex García que nos saben llevar muy bien a las tres”.

Cuando le digo que le ha reportado su matrimonio teatral con Jose María Pou, quién le ha dirigido en El tipo de la tumba de al lado y ahora con Los hijos de Kennedy, me hace un balance de todo lo que ha trabajado con él en televisión y en teatro y me responde que te aporta cosas buenas, que es un señor que tiene cultura de todo, que es una persona entretenidísima que te cuenta mil anécdotas e historias y que realmente es un lujo tenerlo como director y como compañero.

Los comentarios del público cuando salen de la obra son que es increíble el paralelismo en los 60 de entonces a ahora, luchando por nuestros sueños y saliendo la gente a la calle, que fueron años de crecimiento y que se pensaba que se iba a llegar mucho más de lo que al final se llegó. Y que cada movimiento es un avance. Aunque también recuerdan que fueron años de desengaño y desilusiones.

Cuando le bromeo sobre si se podía hacer un “Los hijos de Rajoy ante el plasma” o “Los hijos de Wert” o “Los hijos de Zapatero” se muestra tajante, “los políticos de ahora no son como los de entonces, es algo que se dice en la función, hacen falta líderes de verdad, dice Ariadna Gil en un momento dado de la función, porque es cierto, se los cargaron a todos, Luther King, Gandhi o Kennedy y eran muy importantes y ahora, decirme uno” (sólo se oyen risas).

Le pongo sobre la mesa que si recuerda algún año tan bueno como éste en el que comienza con el Premio Málaga que le darán en el Festival de Cine Español en marzo, la nominación al Goya (a mejor actriz de reparto por 15 años y un día) y presentar la obra como de las fuertes del Festival de Teatro y afortunadamente recuerda otros años convulsos como el 2008, año de Siete mesas de billar francés con el que le dieron su primer Goya y empezó ese año con esa nominación, el Premio Nacional de Cinematografía, la Medalla de Oro de la Academia y el Ondas. Recuerda también cuando le dieron el premio Ariel en México que después recaería en más premios en España. Últimamente además empieza los años con una nominación aunque advierte que el que viene no porque no estrena película aunque sí que a volver a rodar con Gracia Querejeta, Felices 140, en cuanto finalice la gira con Los hijos de Kennedy a finales de mayo o principios de junio. Maribel la cataloga como una de las mejores directores de actores con las que ha trabajado.

Fotografía realizada por Ana Belén Robles


Es de admirar su gran trayectoria tan diferente y por ello le saco a la luz si hay algo que le haya siga sorprendiendo que ha descubierto como actriz y enseguida me habla de que tanto en su anterior obra como en ésta tiene que estar muy pendiente del público. “Las veces que me encantaría decir, señor, está molestando a la gente de alrededor con un teléfono encendido mandando mensajes como si eso no molestara a los demás y no puedes decirlo porque no eres Jose María Pou, entonces me he dado cuenta de mi capacidad de concentración para no salirme del texto con tantas cosas que pasan, me he sorprendido a mi misma de cómo puedo hacerlo todo sin que eso me afecte, por dentro salgo hecha polvo luego pero bueno, lo aguanto”. Y enseguida recuerda, “¿y la gente que hace fotos con flash?, pues con este personaje en esta obra hay un momento en que tanto Fernando Cayo y yo tenemos la oportunidad de hablar con la gente y hay que decir que no están permitidos los móviles y te miran como si no fuera con ellos y se ríen, es curioso”.

Por cierto, aviso para navegantes le encantaría rodar con Ricardo Darín y hacer una comedia con Carlos Hipólito y Jorge Bosch dirigidos por Claudio Tolcachir. ¿A qué están esperando?. Mientras eso ocurre y yo lo vea, lo que no me pienso perder tanto hoy como mañana es a estos maestros de la escena que seguro nos van a dejar con la boca abierta con Los hijos de Kennedy.

LOS HIJOS DE KENNEDY

viernes, 17 enero, 21.00 h.
sábado, 18 enero, 19.00 y 22.00 h.

Trasgo Producciones

De Robert Patrick
Versión y dirección José María Pou
Con Maribel Verdú, Emma Suárez, Ariadna Gil, Fernando Cayo y Álex García
Música Isabel Montero

> duración 1.55 h. (s/i)

Precios
A 27€ B 20€ C 15€ D 10€

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