lunes, febrero 24, 2014

Crónica "La pandilla de Shakespeare"

¡ Más mostaza !

La compañía Vil Teatro estrenó su montaje “La pandilla de Shakespeare” donde demostraron un enorme alarde de técnicas teatrales diferentes para dar vida a numerosos personajes shakesperianos que tenían mucho que decir sobre las diferentes adaptaciones que se han hecho de sus obras en todo este tiempo.

David Mena y José Vera

Con los nervios a flor de piel, como debe ser un estreno teatral, los actores Laura Vil, José Vera y David Mena, o mejor dicho, los Academicus, Sinalefa, Pentámetro y Yámbico, representaban al principio de la obra a esas personas especialmente estrictas con la formalidad con la que se deben representar los textos de Shakespeare. Con una rapidez de diálogo, donde estaban inmersas las ironías que caracterizan los textos de Ery Nízar, una puesta en escena diferente que escondía muchas sorpresas en telas, cajas y pantallas y unas canciones que decían cosas y que no alardeaban ser un musical si no expresar las ideas que querían contar desde la concepción del propio espectáculo, el ritmo no paraba de acelerar y de cambiar de lado en el escenario y de sonar elementos diferentes, lo cual hace que el espectador jamás se aburra y jamás puede determinar por donde van a seguir apareciendo Pucks, Romeos y Julietas y los que sean fans de la propia compañía, Vil teatro, reconocerán a algún personaje de otras representaciones y hasta aquí puedo leer...

No me olvido de una de las partes fundamentales de “La pandilla de Shakespeare” como es la música de la que se encarga Pablo Bujalance, o mejor dicho el hermano Hipérbaton. Han sido igual de acertadas esas canciones que hacen protagonista a cada uno de los actores en diferentes disciplinas y con unas letras que decían muchas cosas y que representaban ese espíritu shakesperiano de juego y de denunciar aspectos de la humanidad y esa colocación de la propia música, me explico, Pablo está sentado en un lado del escenario con un porte enclaustrado pero dando esos toques certeros, como si fuera un director de orquesta, para que la obra avance y que sea la música la que marque esos puntos de inflexión de la historia. Hay algunos elementos que utilizaba con los que ya vérselos en la mano, no podía evitar mi carcajada.


Pablo Bujalance

Se agradece que se tomen diferentes puntos de vista y más originales sobre lo que fué, lo que quiso hacer Shakespeare con sus obras y al final en lo que se han convertido. Objeto de discusión entre puros y bohemios de la cultura libre y además muy poco respeto por parte de algunas obras cinematográficas de querer ficcionarlas siempre de la misma manera, sin llegar a lo que Shakespeare quiso hacer verdaderamente con sus textos. Lo que ofrece “La pandilla de Shakespeare” es diversión, es ver a los personajes diciendo las cosas como verdaderamente tienen que decirlas, añadiéndose esos toques nizarianos que se ven claramente en sus diálogos de locura que adoro, es desmontar cada una de esas historias y adaptarlas a un contexto actual respetando siempre esa filosofía que quería imprimir el autor inglés (especial atención y además recuerdo de juventud el momento bakalaero de Romeo y Julieta) y es desmitificar este tipo de teatro a algo culto o a algo banal, mostrarlo tal y como es, incluso ofreciendo posturas diferentes a las que estamos acostumbrados como que los actores se muestren de espaldas a nosotros, mientras miran a uno de los actores que están en el centro.
 

Me quito el sombrero ante el gran trabajo de Laura Vil, en el diseño de los personajes, trajes, puesta en escena y tantos tantos elementos que ni Mary Poppins lograría sacar de su gorro mágico y ante el trabajo de José Vera y David Mena, que ante muchas vicisitudes que se les presentan, como cualquier protagonista shakesperiano, corren, se arrastran, bailan, ponen voces y cantan, aguantando un ritmo veloz y casi sin pausa para respirar para ofrecer un espectáculo muy entretenido en el que no hay cabida para el silencio, sólo para descubrir con qué próxima escena nos van a fascinar.

Laura Vil en el centro, David Mena y José Vera de espaldas

¿Saben por qué es una gran oportunidad? ¿Cuantas veces están hartos de llevar a sus niños a infantiles y ustedes son los que se aburren? ¿O cuantas veces intentan llevar a sus niños a algo más adulto y son ellos los que se aburren? Aquí no les va a pasar. Se reirán ustedes y se reirán ellos. Habrá detalles en los que ustedes se reíran y ellos no tendrán más remedio que hacerlo y viceversa. Y más que nada, disfrutarán con esta versión divertida de Shakespeare y de la transgresión necesaria de sus personajes. ¡Más mostaza, por favor !




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