¿Qué es mi lista de malvados? Pues desde que me gusta la ficción y tengo algo de sentido común para entenderla, me gustan más los personajes malos que los protagonistas que salvan el mundo. Pero no cualquiera. No me gusta el típico antagonista que tiene todo planificado para destruir el mundo con mucha minuciosidad y de repente, por un despiste idiota que el protagonista lelo provoca, ya se consigue salvar a la humanidad. Detesto esto y me da mucha rabia cuando aparecen personajes así.
El que me gusta es Dexter, Nucky Thompson, Alice Morgan, Nina Myers, entre otros. Son personajes con mucha ironía, cosa que adoro, y que la utilizan para que esos planes maquiavélicos salgan adelante sin que tengan un ápice de piedad o los sentimientos perjudiquen la misión que les encabezona y que tienen que llevar a cabo. Que dan esas frases contundentes que me dejan con la boca abierta y más que féliz de verlas utilizadas en esos contextos. Movimientos y miradas, aspectos que hacen que estos personajes sean más atractivos, quizás porque una en la vida real sería incapaz de ser así, aunque lo desearía en innumerables ocasiones.
Kevin Spacey está entre mis favoritos y mucho más desde que interpreta a este político sin escrúpulos en "House of Cards". Yo a Frank Underwood no le voto en la vida real, bueno no sé porque a lo mejor estoy votando a alguno sin darme cuenta, pero le voto en mi corazón. Es un personaje atrayente y delicioso que te atrapa con su manera de actuar y de relacionarse con los demás personajes. El primer capítulo de la segunda temporada no ha parado de dejarme muchas sorpresas. Evidentemente no puedo desvelar nada pero la estructura del guión y las cosas que suceden, me han hecho ser muy muy feliz y dejándome esa ansiedad de querer ver más y más de lo que acontezca en esta serie.
Son tramas políticas de querer hundir a compañeros de propio partido y saber jugar precisamente esas cartas que te ofrece este mundo. La serie es propicia porque te asusta pero a la vez, aunque te lo presenten de una manera muy ficcionada, esas triquiñuelas y jugarretas perfectamente se pueden aplicar a nuestra política actual. Se ven además desde todos los puntos de interés, los propios políticos, la prensa y el pueblo, ajeno a estas circunstancias pero recibidor de las consecuencias de todas las estratagemas que montan estos dirigentes.
Y qué banda sonora....
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