jueves, junio 19, 2014

Entrevista Maruja Torres - "Diez veces siete"

SÉ LIBRE, SÉ FELIZ Y SÉ FUERTE

“Maruja, encantada soy Natalia”. Y enseguida me coge del brazo mientras me comenta lo contenta que está de disfrutar con “Juego de Tronos” y el coraje de no poder comentar sus series favoritas porque no todos las siguen a su mismo ritmo. Y también ha comido espetos, uno de sus mayores objetivos en su visita a Málaga. Así es Maruja Torres, cercana, directa, divertida y necesaria para sentir una voz amiga y un aliento para seguir luchando en el periodismo que creemos. Muchas son las reflexiones sociales, políticas y profesionales que surgen echando un vistazo a su último libro “Diez veces siete”, pues imagínense cuando se lee entero, bueno no lo imaginen y léanlo, es pura música para sus almas. Mi media hora se hizo muy corta y la complemento con una presentación con un fórum abarrotado en la Fnac de Málaga que me hace tener esa esperanza en la sociedad, que Maruja defiende, que ha empezado a cambiar y que se ha demostrado desde las últimas elecciones europeas.


Escribir este libro después de su despido en “El País”, bueno mejor usemos el eufemismo, después de que le invitaran a salir del periódico tras 30 años de trabajo donde muchos la hemos querido por su manera de comunicar y transmitir sus ideas, pensamientos y realidades que vivía en su día a día, tanto en España como en el Líbano, donde ha desarrollado buena parte de su carrera profesional, le ha hecho sentirse más ligera. “Yo no podía tener como libro de memoria, Mujer en guerra, porque era triunfal, y esta no era mi situación solamente, sino la de la mayor parte de los periodistas y de los trabajadores de este país, ¿y cómo me sacaba el cabreo que tenía y al mismo tiempo cómo me reinvento otra vez?. Hablándolo con mi amiga Julia me dijo que tenía que escribir pero desde algo que me saliera muy dentro, que tocara nervio y que sufriera escribiéndolo, a esta edad ya no te pones a escribir cosas si no son de verdad y si no las escribes bien, es decir, que las palabras correspondan a los hechos, que el cabreo se convierta en literatura. Ha sido un libro que me ha hecho sufrir mucho pero que fue avanzando en mi reconstrucción. Me ha dado mucho más prestigio irme de El País que quedándome”

 
Ella no estaba incluida en ese ERE que practicó la publicación pero sí que sabían que Maruja Torres iba a estar en contra. Afectó finalmente a 129 trabajadores. Siendo fiel a sus principios, ella no iba a quedarse en un rincón callada y cobrando y es tajante en su decisión, “a mi no me desactiva nadie”. Ese momento creo que acertadamente está reflejado en la portada del libro donde vemos a Maruja sentada en el sillón de su casa rodeada de un mar de tiburones. “Esta era yo en carne viva”, me explica. “Me la propuso mi editora, Ángeles Aguilera, me hicieron la foto en casa, este es mi Chesterfield que me lo compré en mis mejores tiempos y que es súper cómodo que le he dado hasta dos retapizados y ahí aparezco leyendo tan ricamente. Los tiburones no atacan porque dicen que sólo lo hacen a la gente que sangra y yo no me he permitido tener heridas, que se me echen encima cualquiera que sea la condición del tiburón de turno”.

Le formulo una pregunta directa ¿eres consciente de a cuantas personas nos reconforta su sinceridad?. “Empiezo a serlo porque ahora os noto muy cercanos. Gracias a las redes, os habéis manifestado. Me habéis hecho mucho bien cuando yo estaba jodida. Me di cuenta que no sólo lo de El País no me iba a ir mal, sino que iba a estar mejor. Más jodida de pelas pero mejor de otras cosas. Es muy fundamental a mi edad tener libertad de expresión, saber que la gente sabe que la usas y que tienes el coraje de hacerlo y vivir con lo justo como hace la mayor parte de la gente de este país. Estoy en el lado en el que quiero estar”

Hay una frase que se puede aplicar a muchos nombres que le digo a esta escritora de sonrisa contagiosa, y ahora pienso que a lo mejor me copié de ella en el estilazo de gafas de pasta de colores, y es “dale a un hombre un cargo y no olvidéis proporcionarle un cordel para que pueda sujetar el globo en el que se convierte su autoestima”. Tras la risa transmisora sentencia “hay gente que cree que tiene el poder aunque no lo tenga, la gente que tiene esa autoestima cree que se la ha ganado y que son así de nacimiento”. Y continúo, ¿los motes que aparecen en el libro continúan por la redacción?, “incluso hay otro, al nuevo director le llaman Caño Sesto” Y me sorprende diciendo “¿No te parece que El País parece el Hola?, espérate que a lo mejor sacan un especial en colores”

Durante la presentación, además de disertar sobre el libro, se logra lo que “Diez veces siete” provoca, hablar de la situación actual. Maruja Torres con mucho acierto dice que “antes teníamos miedo a la crisis pero que ahora tenemos muchos recursos de humanidad”. Alguien del público con ganas de poner a los nuevos partidos políticos en duda, le pide que se manifieste sobre “Podemos”, “habrá que ver que pasa pero los que tienen el futuro son el millón y medio de personas que les han votado”. Pero lo que sí le gusta es el revuelo que ha provocado esta formación, “ahora no hay dinero para investigaciones como pasaba antes pero para averiguar de dónde sale la inversión para estos partidos, sí, es curioso”.

En esa charla, surge el tema del referéndum de Cataluña. La argucia sarcástica e inteligente de la escritora salta enseguida, “ojalá se le rebelaran todos los enanos a Rajoy, incluida Melilla”. Se autodefine como no patriota, pero ni de España ni de Cataluña sólo de la bandera inglesa para hacer manteles. Siguiendo con Rajoy expresa que es una pena que sea un señor que se mueve para recortar y no para solucionar. ¿Y el futuro?, le interpela alguien del aforo, recalco a reventar en un día futbolero, cosa que me alegra más. Dice Maruja “el futuro es una incógnita y cada día, una novedad. No me preocuparía por el futuro, sino por mejorar el escenario de ese futuro, lo que es el progresismo.

El libro suscita el debate sobre las nuevas generaciones del periodismo y cómo se las está enseñando para ese futuro. Una chica de 21 años que está estudiando periodismo, le pide a Maruja qué puede hacer ante el panorama que se le presenta. Y ella es clara, “viaja, conoce mundo y lee”. Posteriormente, desde la lejanía mientras le firma el libro, le escucho cómo la alienta y le anima a que descubra su vocación y la transmita. Ese es el empuje y la inyección de energía que siempre te ofrece. Mi dedicatoria no la leo hasta que llegó al tren que me lleva de vuelta a escribirles estas líneas y lloro de emoción, “Sé libre sé feliz y sé fuerte”. Esas han sido las armas de Maruja y esas son las que yo voy a usar.

Ah, Diana Dial, protagonista de sus dos últimos libros de ficción, “Fácil de matar” y “Sin entrañas”, volverá con un ambiente más cercano que el de Beirut y El Cairo y se situará en España. Ha pensado comenzar con una cena alzando las copas por aquel gran monarca que ha perecido en Kenia en el transcurso de un safari aplastado por un elefante. Mientras lo narra con esa ilusión, yo le animo a que, por favor, lo haga. “Después de hacer esto tan intenso, tengo ganas de hacer el ganso”. Y promete muchas muertes que eso es lo que sus lectores ansiamos.

“Diez veces siete” está ya en el noveno puesto de los libros más vendidos de ficción con vistas a una segunda edición. Por cierto, me adelanta que ya ha escrito su artículo para mañana sobre la proclamación del nuevo rey de España. Harta de fechas históricas, ha localizado otros eventos ocurridos en esa misma fecha de otros años y detalla dos cosas: en 1981, los científicos reconocieron oficialmente la existencia del SIDA lo que le sirve para recordar al príncipe de Asturias dándose mucho bombo con el Premio que lleva su nombre cuando se lo concedió a Elizabeth Taylor por su lucha y cómo cuadra esto con los recortes sanitarios que van a acabar con el Plan Nacional para el SIDA y por otro, hace cuatro años que falleció José Saramago sin que prácticamente ningún medio le haya homenajeado y recordado como uno de los grandes pensadores de la historia contemporánea. Me despido con ganas de devorar esas palabras de Maruja. Y como te he dicho, vuelve pronto.

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