Mi
próximo corto va a ser una comedia negra donde voy a hablar del
mundo de las parejas. De cómo algunas parejas se sustentan en la
mentira y de pronto, la mentira estalla y se lía.
Terminada
esta edición del Festival de Cine de Fuengirola, la palabra más
escuchada ha sido familia. Y es que así nos hemos sentido desde que
Fernando Fernández Ariza, impulsor de este sueño para amantes del
cine, levantó personalmente esta idea con las colaboraciones de
muchos profesionales de distintos medios. Entre ellos, uno de los más
implicados, el director y guionista, Salva Martos Cortés. Ha
coordinado un taller de cine para jóvenes donde los alumnos
realizaron técnica y artísticamente un corto que se pudo ver en la
ceremonia de clausura, escribió el guión de la propia ceremonia y
ha formado parte del jurado de Largometrajes y Cortometrajes junto a
César Hernando, Luis San Narciso, Àlex Montoya y Alberto Rodríguez.
Entre tanto trabajo, le logramos sacar unas respuestas sobre su
participación y próximos proyectos.
P:
Háblame
de tu experiencia como jurado en este Festival
Salva
Martos: Una
experiencia interesante porque he tenido que evaluar trabajos de
directores de la talla de Ramón Salazar y David Marqués y óperas
primas de otros que acaban de empezar. Y en cuanto a los cortos, soy
muy festivalero y ya conocía muchos nombres. Todas las películas
tenían algo. Se ha dado una curiosidad a la inversa, la gente que ya
tiene años de experiencia eran muy frescas y las películas de los
jóvenes que empiezan eran también películas buenas pero algo
clásicas.
P:
¿Cómo
las has valorado, desde un punto de vista de espectador o de
cineasta?
Salva
Martos: Cuando
tú eres cineasta y jurado, no te puedes separar que eres cineasta.
Sinceramente, yo las he valorado desde la perspectiva que más me
interesan las películas que son personajes y guión. A partir de
ahí, se pueden buscar otras perfecciones más técnicas como la
foto, el sonido o la dirección artística. A mí lo que me interesa
es la historia y que la dirección esté cohesionada, porque hay
veces que tú ves una peli y te das cuenta que lo que está en el
guión, no es lo que el director ha hecho. A mí, eso me choca porque uno
tiene que estar siempre supeditado al texto. Vivimos en unos tiempos
muy modernos en los que muchos directores, ya sea de teatro o de cine,
no le dan la importancia al texto y entonces es una ridiculez desde
mi punto de vista. Tú tienes un texto y el texto tiene que traspasar
a la pantalla y si un texto dice que es blanco, tiene que ser blanco
porque es así. No caben segundas interpretaciones ni terceras. No
puedo con eso de las nuevas visiones del texto, yo eso no lo creo
para nada. Indudablemente, todo hay que hacerlo después en la peli
en lenguaje cinematográfico, eso es lo que yo veo en los
largometrajes. En los cortos, yo he mirado que cuanto más cortos
mejor. Y si son largos, me gusta que cuando empiece el corto enganche
al espectador, creo que es muy importante los cortos que empiezan y
que enganchan al espectador. No me gustan los cortos donde en 15
minutos, el director parece que ha hecho un largo, porque lo quiere
meter todo. Eso es un defecto importante. La dramaturgia de un corto
es más difícil de escribir que la de un largo, creo que en el
teatro breve pasa lo mismo, porque tienes que ir más al grano.
P:
Una
característica común que han tenido directores conocidos y noveles
es que han tardado mucho en que sus películas se hagan realidad, no
era como antes que con un nombre o siendo alguien nuevo con una
historia original, ya te servía para arrancar el proyecto. ¿Es esa
la realidad que ha cambiado del cine español?
Salva
Martos: Aquí
hay una salvedad muy interesante. Yo creo que los que estamos
empezando tenemos “menos problemas” que los que llevan más
tiempo. Te explico porqué. Los que estamos empezando, ya nos sabemos
buscar la vida, no buscamos subvenciones ni estamos pendientes del
Estado, estamos acostumbrados a trabajar con inversores privados. A
mi generación, la que viene por delante y la que vendrá después,
les costará mucho menos levantar proyectos. No te estoy diciendo la
cantidad de dinero que haya, sino que a la hora de levantar el
proyecto estamos un poquito más espabilados para saber donde podemos
encontrarlo.
P:
¿Crees
que se está dando una imagen de que el cine español está rendido y
en realidad es cuando más movimiento parece que está surgiendo?
Salva
Martos: En
el cine español lo que pasa es que se están haciendo muchas menos
películas pero como hay menos escuelas, hospitales o profesores. La
gente que hacía películas ahora está en muchos proyectos de
televisión, hay un resurgimiento del teatro y es como todas las
profesiones. A mí no me gusta diferenciar la profesión de cineasta
con la de médico, todo es igual, son tiempos malos para todos. No me
gusta ese victimismo. Quejarte ahora mismo, desde mi punto de vista,
porque no puedas hacer una película, cuando cierran hospitales y
colegios, a mí me parece de prepotencia artística.
P:
¿Qué
diferencias encuentras en Festival de Cine de Fuengirola respecto a
otros?
Salva
Martos: Este
Festival tiene cosas muy buenas, primero los cursos de formación que
están abiertos para todo el mundo, en este caso han sido niños y
después otro curso que ha dado Nacho Recio para pasar una película
a DCP que es un formato digital, y han sido prácticos y no son
charlas como en otros festivales que son interesantes pero no hay una
comunicación. Y segundo, como no hay rollos de alfombra roja y no
hay divismo, tú estás viendo una película y puedes hablar con sus
autores de tú a tú, cosa que es muy importante porque yo lo que
creo que tiene que tener un Festival es eso. Cuanto más grande es un
Festival, más burocrático tiene que ser todo. Esto es un Festival
pequeño entonces hay ciertas convenciones que se pueden saltar,
siempre a favor de que el público se comunique con el autor y el
autor con el público
P:
Lo
único que yo creo que le falta a este Festival es que la gente se de
cuenta de esa valía para disfrutar del cine, que se le promocione de
tal forma que el público sepa que eso existe en Fuengirola. Que
recompensen con su presencia el gran trabajo que ha hecho la
organización
Salva
Martos: Todos
los festivales cuando empiezan siempre son muy pequeños. Yo pongo el
ejemplo del Festival de la Cerdanya de Jordi Forcada en Puigcerdà
(Girona). Y esto pasa porque es una iniciativa, como la de Fernando
Fernández Ariza en el Festival de Fuengirola, donde no le
interesa que entren entidades políticas u otras entidades a
colaborar porque lo quiere llevar a su antojo. Puede ser que con el
tiempo se haga el Festival más grande o que vaya entrando más gente
pero a mí me gustan más los festivales pequeños, creo que son
necesarios.
P:
¿Qué
es lo que nos vas a contar en tu próximo corto?
Salva
Martos: Va
a ser una comedia negra donde voy a hablar del mundo de las parejas.
De cómo algunas parejas se sustentan en la mentira y de pronto, la
mentira estalla y se lía. Es lo que ahora quiero contar. Me gusta
mezclar géneros en los cortos que hago
P:
¿Has
vuelto a la comedia entonces?
Salva
Martos: No
iba a volver. Pero lo he hecho por mi coguionista de Barcelona, Eli
Dalmau, que tenemos un buen feeling escribiendo y teníamos ganas de
hacer una comedia. Iba a rodar otra ahora pero ha salido esta.
P:
Es
muy difícil encontrar a alguien con la que se pueda escribir y estar
en sintonía para contar una historia. Quizás ha sido una señal
para que contaras ahora esto
Salva
Martos: Para
mí ha sido importante encontrar la visión de una mujer, faltaba ese
complemento. Hay que saber escribir sobre las mujeres y conocer el
mundo femenino. No digo las tonterías de las florecitas, sino el
mundo femenino real.
P:
¿Cómo
lo escribisteis?
Salva
Martos: Hablamos
de todo. Nosotros nos sentamos en bares de Barcelona, paseando por la
noche y hablamos de todo. Empezamos a hablar de las cosas que nos
preocupan, películas que hemos visto, cineastas que nos gustan y eso
dio lugar a hablar del guión, quedamos otro día, charlamos y no
hablamos del guión y así más días hasta que nos pusimos a
trabajar en el guión y ese día nos dimos cuenta que con los temas
que habíamos tratado habíamos hablado del guión. Yo creía que era
raro pero Billy Wilder decía que trabajaba así con Charles Brackett. Y
yo pensaba que sería imposible, pero fue verdad. Cuando tienes a un
compañero que trabaja bien contigo, es verdad que hablas de todo un
poco, hasta que vas confirmando la película.
P:
¿En
qué proceso está?
Salva
Martos: Empezamos
a rodar si todo sale bien en julio. Se va llamar “Hablemos del
amor” como la canción de Raphael. A ver si conseguimos los
derechos (risas)
P:
Este
no es el caso que hablábamos antes de trabajos que salen a lo largo
de mucho tiempo si no que ha surgido más rápido, ¿te gustaría que
también salieran los que te cuesta más trabajo sacar?
Salva
Martos: Tengo
un largo que lo terminé de escribir hace tres meses que llevo 8 años
escribiéndolo. Ya lo tienen productoras, a ver si hay suerte. La
gente dice que es mucho tiempo ocho años escribiéndolo pero es que
es un proceso muy largo que empezó cuando yo estudiaba en la Escuela
de Arte Dramático. Lo he reescrito muchas veces y han sido ocho años
conviviendo con la historia
P:
Y
¿cuando ves el ejemplo de muchos directores que les ha costado
trabajo pero lo han sacado, tú tienes esperanza que también te
pase?
Salva
Martos: Yo
creo mucho en el guión, hay que escribirlo muy bien. Un buen guión
te soluciona muchas cosas. Te soluciona el problema del actor, porque
si el guión está bien escrito, el actor no te tiene que hacer
ninguna pregunta porque todas las respuestas están en el texto. Nada
más, con eso, te has quitado el 50% del trabajo. Luego evidentemente
se tiene que trabajar con el actor pero si es inteligente, va a ver
las respuestas que están en el guión. Y producción ya, ni te digo.
Un guión cerrado te soluciona los planes de producción y de rodaje.
P:
Creo
que donde más vas a disfrutar tú con este proyecto de “Hablemos
del amor” va a ser en el rodaje
Salva
Martos: Espero
que sí. A mí me gustan muchos los actores. Lo único que me preocupa
son los actores. Yo ya he hablado meses antes con el equipo técnico
y casi nunca arreglo nada técnico porque ya está hablado, alguna
cosa puntual. A mí me gusta hablar con los actores, me lo paso muy
bien con ellos. Todo es importante pero el actor es el que pone la
cara, que menos que trabajar con él. A mí no me gustan los rodajes
donde se le habla al actor de lejos que parece que es un playmobil.
Es una dirección que está muy de moda pero a mí no me gusta. Me lo
dicen todos los actores que trabajan conmigo, “hay que ver que te
acercas a hablar con nosotros”. Y yo creo que es mi trabajo.
P:
¿En
Barcelona has encontrado tu cine, la manera que a tí te gusta para
que más gente vea tus películas?
Salva
Martos: Mi
cine ya lo tenía encontrado de toda la vida. Lo que he encontrado es
que es un sitio donde se trabaja muy bien y me siento agusto. Muchos
tenemos que emigrar porque los sistemas de producción allí están
más avanzados, se trabaja mejor, no es que haya menos profesionalidad en Málaga
pero se trabaja mejor aquí. Al ser más producciones, trabajan más, están
más acostumbrados. Son un poquito más rápidos que nosotros a la
hora de hacer cosas. Puedes encontrar una ciudad más activa en ese
sentido. Hay que hacer siempre películas para el público, es muy
triste que una película tuya la vean nada más que diez personas.
Nosotros estamos supeditados al público y entonces, no está bien
pensar que una película comercial no puede contar cosas
interesantes, es una diferencia que aquí en España no hemos
entendido muy bien. Tampoco me interesan hacer una película para que
la vean diez amigos míos y que digan que mi película es muy bonita
porque no me sirve de nada, yo quiero que me lo diga la gente que no
conozco. Los festivales que más disfruto son los que están fuera de
donde yo vivo porque es de donde de verdad tu escuchas las opiniones
buenas y malas y son las que yo más valoro.
P:
Vamos
a imaginarnos que conoces a la persona indicada para que pudiera
financiar tu largometraje, ¿Cómo la convencerías?
Salva
Martos: Pues
la convencería diciendo que iba a ir a verla mucha gente. Cuando
trabajas con un productor, yo con los dos cortos que he hecho,
siempre mi filosofía es devolver la pasta que ha costado. Porque se
me caería la cara de vergüenza que me diera dinero y no
devolvérselo. Yo hago el guión para que mínimo recupere lo que ha
invertido, me parece una responsabilidad inmensa. Es como gestionar
una empresa, te lo digo de verdad. Sé que esta visión no está muy
de moda pero si te ponen pasta tienes que responder porque es una
persona que está apostando por tí. Sería una película para toda la
gente. Las películas trabajan de dos maneras distintas, del lado
emocional y del lado intelectual. A mi el lado intelectual, de
momento, no me interesa. Me gusta más el lado emocional. ¿Por qué
no me interesa el lado intelectual? Porque yo creo que el arte es
arte. En el lado intelectual ya están los críticos que hacen muy
bien su trabajo. Por eso nunca me leo libros de cine de gente que
escribe sobre otros, yo me leo lo que escriben ellos de ellos mismos.
Haría una película que yo supiera que la gente iba a ir a verla al
cine porque nos debemos al público.
P:
Si
yo acabo esta entrevista, escribiendo “me he encontrado a Salva
Martos Cortes ilusionado”. ¿Estoy en lo cierto?
Salva
Martos: Si.
¿Por qué no? Poquito a poco.
Pues
así de cierto es, ilusionado, directo, sincero y con las ideas
claras de cómo quiere enfocar su carrera. Ha
demostrado su valía en todos los proyectos que ha emprendido y
encima sabe sacarle provecho a iniciativas como la del Festival de
Cine de Fuengirola donde sé que se lo ha pasado como un niño
grande. He podido comprobar cómo trabaja y lo que puede dar de sí
cuando tenga los medios que necesita. Hasta entonces, esperaré
impaciente cómo habla del amor en su próximo corto, que codirige con Eli Dalmau, y qué más
historias se saca de su chistera.
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