miércoles, julio 30, 2014

Embajadores raros

Me encanta la palabra "locura", quizás sea mi favorita pero aún me quedan muchas por descubrir para decantarme definitivamente. También "payaso" utilizándolo en su buen sentido y no como algunas mentes sin neuronas que se creen que es un insulto. Son términos que me convencen que detrás de ellos hay personas especiales, que se sienten seguras de sí mismas y de lo que hacen y que saben disfrutar de la vida, olvidando el "qué dirán" y cómo se les puede mirar de una manera envidiosa y altiva.

Pero también hay gente rara y eso ya no me gusta tanto. Una cosa es que defiendas tu manera de ser, te salgas de lo políticamente correcto y te rías sin parar y hagas el tonto sacando ese niño que llevas dentro, pero hay personas que llevan un disfraz que les encanta defender pero que creo que no les gusta llevar o si lo llevan de verdad es simplemente para dar la nota, no porque sean así.

Me explico en el medio en el que más pueden aparecer estos seres. El Cercanías. Fuente de influencia para muchos de mis escritos y descubrimientos. Una tarde que fui sólo desde Arroyo de la Miel hasta Plaza Mayor para aprovechar los miércoles baratos de cine, se sube un chico junto con dos muchachas (una de ellas, por cierto, no cumple una norma que creo que es comprensible y que no entiendo que no la haga, en Málaga estamos de 30 grados para arriba de calor, las cosas góticas de cuero negro, dan calor, ponte ropa que te encante de ese estilo pero que no te mate con estas temperaturas malacitanas). Una de las chicas (no la calorífica) dice que le ha gustado "El amanecer del planeta de los simios" porque es muy creíble con lo que cuenta" y al momento salta el chico tajante y seguro, "hay una peli de 1979 que es más mala porque todo parece de mentira" (estaba por responderle al instante que es de 1968, pero bueno). Al instante, responde la chica, "si esas son las que ve mi padre que son más malas"

Entended que mi cabeza empiece a hervir y aunque mi lectura de "Niños feroces" de Lorenzo Silva debe ser más atrayente, consiguen que me haga la despistada atendiendo las barbaridades que seguía escuchando.

La conversación caótica salta al chico de nuevo expresando, "la película donde se resume todo lo que va a pasar en esta vida es Soy Leyenda". "No la he visto", responden las dos muchachas. Y se la cuenta entera, ¡entera!. Que estaba por saltar de mi asiento, "¡Bruce Willis está muerto! Ya que estamos". No lo hice. Me contuve.

Y ya llegando a mi parada que quiero resaltar que son simplemente 6, unos 15 minutos, la conversación vuelve a saltar para rematar con "Los juegos del hambre a pesar que son mejores los libros, es realmente lo que nos va a definir en esta vida". Y ya me bajaba. Y yendo para la taquilla, mi primer intento fue entenderles, ponerme en su lugar pero no podía. Mi sensación era de gente friki, como soy yo con muchas de las cosas que me gustan, pero mi frikismo lo considero sano. Puedo categorizar con sensaciones mías pero determinar que es lo mejor de nuestra vida o lo que nos puede reflejar a todos en este universo, me parece tirar demasiado alto. 

Mi única conclusión es que hay diferentes niveles de frikismo. Los que nos gusta cosas, nos disfrazamos, nos compramos cacharritos y charlamos de una manera divertida e incluso riéndonos de nosotros mismo. Y los que se lo toman demasiado en serio, un fanatismo que creo que no les hace tener una mente más sana y que se cierran demasiado en sus conclusiones. No debaten. Era como esa conversación que volaba por diferentes estados. Yo te digo esto y ahora te suelto otra cosa y ahora otra. 

Son un tipo de embajadores raros que a lo mejor Gurb cuando exploraba nuestro planeta podía describir en su cuaderno de bitácora en esa novela maravillosa de Eduardo Mendoza. Pero es que después entré en el cine. Ese otro lugar donde te puedes encontrar esa gente variopinta que también inspira para pensar y escribir. Voy a ver "Voy a ser mamá" (no lo puse en ningún sitio por las bromitas pero me encantan estas comedias francesas). En esa sala, de repente me encuentro madres con niñas de unos 7 u 8 años, en serio, me cuesta entender que habiendo una cartelera más apropiada para tus hijos, por egoísmo las metas a ver una película que no les va a gustar. Y si encima como estaba prevista no iba a ser de vuestro agrado, hablas y molestas a los que están intentando disfrutar de la película. Mirada asesina más levantarte de tu butaca y les entra el cargo de conciencia y se marchan a mitad de la película. Es tan insoportable como estar mirando la pantallita del móvil constantemente.

Pero esto son personas maleducadas y reitero, egoístas. El embajador raro es el espectador que tengo justo detrás de mi fila. No se ríe durante la historia y en cuanto te escucha a ti hacerlo, porque si lo siento me río, no me corto porque me miren o por lo que murmuren, él enseguida se ríe de todo. De todo. Y se nota que lo hace porque tú te has reído, se siente en libertad y la utiliza en todas las escenas. Y lo peor. Empieza a comentar en voz alta. Como si estuviéramos viendo la película en un salón. No, señor. No te voy a seguir el juego ni te voy a contestar por mucho que la comentes. Ya me sé el truco. Y al acabar la película, a huir despavorida antes de que quiera comentarla contigo.

Es que no lo entiendo. Si quieres reírte, hazlo. Que no te de permiso el que libremente una persona lo haga. Pero en el cine, se comenta con el de al lado y al oído o al acabar la peli. Yo no quiero enterarme de tus sensaciones, ocurrencias y opiniones. No lo necesito. Y es que también entendí que hay gente que no sabe ir sola al cine. Hay que dar también clases en este sentido.

Fueron dos ejemplos en un mismo día, pero hay más. Los que critican enseguida lo que está de moda porque también está de moda criticarlo. Son otros embajadores raros e inconformistas consigo mismo. Se quedan con la idea general, sin ni siquiera descubrir si es así como funciona o no, y a machacar y soy guay porque no me gusta lo que le gusta a todo el mundo.

Los embajadores raros los detectas por frases que ya te suenan, por un comportamiento habitual que va cambiante según lo que mejor le convenga y porque les gusta utilizar términos de "hipster" o "indie". No los entiendo porque no veo que disfruten con su propia locura. No tienen locura y por ello no me convencen, es como un "postureo" que también les gusta usar. Categorizar y dar por sentado cosas que a lo mejor ni experimentan. Pediría que se dejaran invadir por su propia locura y que no le tengan miedo. Son mejores las personas locas de verdad que disfrutan con lo que hacen, convenciendose a sí mismas. Descubran vuestra propia locura.

No hay comentarios: