jueves, noviembre 27, 2014

Crítica "Jimmy´s Hall"

No soy forofa del cine de Ken Loach. Creo que "Jimmy´s Hall" es la tercera de las películas que veo de su filmografía después de "Tierra y libertad" y Mi nombre es Joe". Por lo tanto, no me considero una de sus fans panfletarias como muchos califican su cine, puesto que en esos anteriores trabajos, me quedaba con la idea pero habitualmente no me gustaba como la desarrollaba en su conjunto.

La historia de James Gralton, sin embargo, me sedujo en su trailer. Quizás me encuentro en una situación en la que necesito creer en personas que pensaron como él. Un minero irlandés que tuvo que emigrar a Estados Unidos ya que la iglesia y sus dominios consideraban que se metía en terrenos que no le correspondían al dar clases de baile o de galés en un granero de Leitrim, ciudad donde se desarrollan los hechos, y que regresa para estar con su madre, ya delicada de salud, y encontrándose con el mismo panorama con el que se fue. Los mismos miedos y la falta de un lider que empujara a que esos ciudadanos quieran luchar por tener libros, escuchar música o simplemente divertirse una noche.

Estoy en un momento que necesito ver en la gran pantalla a alguien que como él, abogaba por la cultura y se atrevía a sentarse delante de la mismísima iglesia para reivindicar que sus compañeros quieren ser libres y quieren poder decidir en las cuestiones importantes que afectan a sus vidas. Sin tener que adoctrinarse ni aceptar unas tradiciones que ya vienen impuestas y que, muchos toman como bandera única logrando captar borregos que no piensan en las sandeces que le insertan en sus mentes.

Ha habido muchos momentos que se me han quedado grabados en el corazón, el primero cuando Jimmy enseña, en ese granero donde se imparten esas clases, un gramófono donde se empieza a escuchar jazz, esa música de negros como la califican los que están con él y no parar de preguntarle si les ha tocado y cómo pueden convivir en esa sociedad americana. También me quedo con una frase que el protagonista le dice al reverendo padre, un espléndido Jim Norton que tienes ganas de endiñarle nada más verlo con esos aires de soberbia, cuando pretende que forme parte del consejo de administración de su grupo para que compruebe la tarea que realizan y éste le responde que si lo hace, le entregue esa propiedad a la madre iglesia, a lo que Jimmy Gralton le responde "la única manera que veo que la iglesia escucha, es cuando nos ponemos de rodillas. Otro instante ha sido con la madre cuando intentado defender el honor y la libertad de su hijo se lamenta que estén en esa situación porque de pequeño le daba libros, una ironía que se corresponde con una realidad cultural que cada vez encuentro más cercana. Y lo último que destaco es ese afan por etiquetar y lanzar los tópicos más asquerosos a un "comunista", cómo siempre denominaban a los que no estaban de acuerdo o manifestaban sus propias opiniones ante los inquisidores, y en ese ímpetu uno de los reproches que se escuchan en una multitud es "pareces Chaplin pero con gabardina"

Son estos detalles, unas soberbias interpretaciones, una música irlandesa que me hechiza y unos paisajes que con solo poner la cámara, ya atraen, los que han hecho que haya disfrutado muchísimo con esta película. Luego yo puedo creer en mis propios fantasmas utópicos e idílicos, pero sigo soñando que la sociedad va a apreciar la cultura y que sabrán que es algo necesario para pensar, reflexionar y estar alerta para que no nos engañen ni nos metan en el mismo saco. Y también me ha cerciorado que hay que luchar contra las personas que imponen un pensamiento común y echan fuera al que se oponga. Y ya en cuestiones de crítica a la iglesia, no podía levantarme a aplaudir en medio de la sala de cine en muchos momentos pero poco me ha faltado. 

Era la historia, que además es real, que necesitaba ver y contada por alguien, que aunque de manera muy simple y sin sorpresas, me la iba a mostrar como yo quería y la he entendido y me ha gustado desde que ha comenzado. No puedo pedir más.

Nota: 7 Arcones

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