miércoles, diciembre 17, 2014

CoCo

Le estoy escribiendo este escrito a la persona que puede entrar en la categoría de anti redes sociales posible, pero necesito hacerlo en su día especial y sé que de alguna manera le llegarán mis palabras o se las demostraré que es como verdaderamente se cree lo que uno expone con puntos y comas.

Aunque haya muchas Natalias existe únicamente una verdadera. Ella. Yo puedo ser la pequeña para la siempre, pero ella es la grande en muchas facetas. Es y será ese reflejo y ejemplo al que siempre querías parecerte. Recuerdo copiarle muchas de sus ironías que hacía desde que era pequeña, el reírme sin vergüenza ninguna y nunca llegaré a su nivel, pero esa inteligencia desbordante con la que argumenta lo que cree y piensa y tú sólo puedes o admirarla o intentar que no te desborde sin que se de cuenta, cosa que ya afirmo que es imposible.

Muchas veces, las personas y más que nada las mujeres, cuando muestran una fuerte personalidad y saber hacer en todo lo que se proponen, se tiende a pensar que son más frías y no necesitan ese empuje o abrazo, mi tia Natalia no concuerda para nada con esto, la ves, te sonríe y es lo primero que te apetece hacerle, achucharle de tal manera que le salga esa risa loca y tierna que me contagia enseguida y que, me ha servido muchas más veces de la que ella se ha podido dar cuenta.


Esta foto que os muestro es lo mejor que he vivido con ella (por favor entender que servidora afortunadamente ha mejorado con los años, o eso creo). Tras una situación familiar complicada, mi madre, mi tio Jose Manuel y ella decidieron que nos fuéramos de viaje en coche desde Málaga a París. Es un recuerdo imborrable de paisajes, caravanas, tormentas en campings, huevos fritos porque nos pasamos de la hora de cena europea al hacer el trayecto en barco por el Sena, Louvre, Orsay, Invalidos, Arco del Triunfo, Parque Astérix (tengo que volver) y Disneyland París. El sueño de cualquier niño que ha crecido con esas películas y que sabe que es un mundo diseñado para él. Se montaron conmigo en todos los cacharros, me compraron regalos y una experiencia que podría resultar más triste, se convirtió en algo placentero y mejor de llevar a la vuelta a casa. Me dio uno de los mejores regalos de mi vida, algo eterno que conservo en mi corazón y que le voy a estar más que agradecida eternamente.

Y aún me anima apoyándome en mis decisiones y cuando la situación laboral no está de mi mano, pero sé que hace lo posible por confiar en que la cosa cambie y me pueda escuchar por la radio. Y le pueda dedicar esas canciones marchosas con las que siempre me ha enseñado a bailar. Y sé que cuando necesite el mejor de los consejos me lo dará, aunque mi mente cabezona tarde en hacerle caso. Y sé que cuando necesite reirme, es de las primeras a la que siempre voy a acudir.

Le debo ir al teatro juntas que espero cumplirlo pronto con algo que sabe deseo que se estrene en Málaga al igual que ella. Pero mientras tanto le quiero dedicar estas palabras para desearle el más feliz de los cumpleaños, todo lo bueno que se merece en cada día que disfruta desde el primer segundo y que, por favor, siempre me haga ella sus cafés.

Te quiero Natalia grande

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