martes, diciembre 02, 2014

Crítica "Nunca es tarde"

En el cartel de la película intuyo que debe estar Joanne Froggatt para los que somos devoradores de "Dowton Abbey" y decidamos ir a ver esta película, teniendo en cuenta que ella está presente entre los protagonistas. Sin embargo, la película es Eddie Marsan y sólo Eddie Marsan.

Voy a hacer mucha referencia seriéfila pero su John May es una especie de "Monk" sin llegar a los extremos radicales que el conocido detective pero sí realiza su tarea de localizador de familiares de personas fallecidas que nadie reclama, con una organización, precisión y mucha lentitud para lograr ese propósito.

Una tarea que en los tiempos que corren no sufraga todo el gasto de tiempo y recursos con los resultados que se obtienen. En muchas de las escenas, nos muestran esa recopilación de cadáveres esperando en la morgue a que vengan a por ellos o urnas con cenizas que van ocupando más sitio en los estantes. Así que se decide prescindir de los servicios del protagonista y él simplemente pide resolver este último caso que se le asignó.

El problema de ese proceso laboral y personal del personaje de Eddie Marsan es que hasta que no encajas todas las piezas, todo se ve excesivamente parsimonioso y no mantiene un ritmo que nos haga interesarnos por lo que le pueda ir sucediendo en adelante. Pero por otro lado, a mi me ha servido para entender la filosofía de ese John May, entendiendo que a mucha gente llegue un momento que le canse sin querer saber más. Es increíble ver ese afán por querer descubrir y saber cosas sobre las personas que fallecen para escribir panegíricos especiales que hablen sobre ellas y darles ese calor que él no puede recibir al no tener familia. Observas que no tiene lo que desea y que los que lo tienen, no lo aprecian. Y ha sido increíble ver esa evolución en que esos tics y manías, se van dejando por un interés que escapa a su control y cómo se deja llevar por esas sensaciones.

A mí, sin embargo, "Nunca es demasiado tarde", me ha resultado una gran sorpresa y juega con una ironía sobre la soledad, el esfuerzo que uno realiza en la vida para honrar a los demás y lo poco justa que se vuelve la misma hacia lo que realmente nos merecemos, la incomprensión o más que nada, el "carpe diem", aprovechar el momento por lo que pueda pasar después.

A mí me ha gustado conocer a este personaje y descubrir a este actor. No obstante tienes que tener muy buen cuerpo y disposición para entrar en esa idiosincrasia y dejarte llevar por todas las sensaciones que puede llegar a provocarte. Mi buen estado me ha llevado a reflexionar sobre lo que uno espera de su vida frente a lo que se encuentra y cómo alguien que puede sentirse muy solo, intenta volcarse en lo único en lo que encuentra sentido es su trabajo y que nadie se lo valora. Nuestro camino puede cambiar por decisiones muy pequeñas y sólo nuestro rumbo, aunque nos lleve a riesgos desacertados, es el que habla por nosotros.

Os dejo con la banda sonora de Rachel Portman, esposa del propio director Pasolini, que me ha resultado fantástica



 Nota: 8 Arcones

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