domingo, febrero 22, 2015

Crítica "El Francotirador"

Manifestando ya mi predilección por Julianne Moore como ganadora del oscar a la mejor actriz por su papelazo en "Siempre Alice". Después de ver el nuevo trabajo del amo Clint, ya puedo cerciorar que quiero que esta película se lleve el oscar a la mejor película, guión adaptado y como no, mejor actor. También soy consciente de que no pasará estando un Michael Keaton cotizado y con quinielas muy distintas en cuanto a las otras categorías.

Y ya sabiendo que no va a pasar, mis razones primordiales por las que he salido maravillada de esta película es porque el amo Clint ha vuelto a regalarme una historia bien filmada y que me ha dado muchísimo que pensar al salir de la sala de cine. La película está basada en el libro que escribió el propio protagonista, Chris Kyle. Es la novela homónima "American Sniper: The Autobiography of the Most Lethal Sniper in U.S. Military History".

La mayoría de las críticas que estoy escuchando, aparte de algo de un bebé mecanizado que se nota a raudales en una de las escenas, es que simboliza al patriotismo americano y eso hace que haya tenido más aceptación en Estados Unidos que fuera del país. Yo tiendo a pesar que los realizadores te presentan historias sin decirte qué es lo que debes pensar o hacer, o al menos yo no me permito que me digan lo que tengo que pensar al presentarme un tema bélico y de moralidad como en "El francotirador". Me sorprendo cuando leo esos análisis en los que uno no es capaz de desvincularse y ver desde fuera qué me ha querido contar este director.

Para mí, "El francotirador" te muestra cómo un hombre es capaz de vivir obsesionado por un objetivo que se marca él mismo, principalmente motivado por una educación religiosa muy profunda y por esas reglas estrictas de un padre que predica el "ojo por ojo, diente por diente". Siente que es un llamado a salvar a su patria y que es lo único por lo que tiene que luchar, además de por su familia. Para ello, se entrena y se forma como francotirador, tarea que lleva a cabo en muchas misiones donde las escenas, donde más te hacen reflexionar y a la vez son más duras de ver, son las que se encuentra en la encrucijada de tener que disparar a menores por el peligro de usar las armas que dejan los propios soldados en esas guerras. Lo que te enseña Clint Eastwood es el peligro de normalizar, y más que nada, marcar como heroíco esos hechos, de tal forma que el protagonista es felicitado constantemente por todas los disparos mortales que ha hecho. Algo que te sobrecoje el corazón cuando eres consciente de lo que has visto y como pasa en mi caso, no eres capaz de entender cómo un hombre que puede tenerlo todo, tiene esas ideas retrógradas y radicales en su cabeza que justifican todos sus crueles actos.

Bradley Cooper no es que esté extraordinario. Es brillante. El trabajo físico es demoledor e irreconocible. Hay escenas que le ves cargar con unas pesas descomunales que no te lo puedes ni creer. Pero además, si tenéis la suerte como yo de ver esta película en versión original, ha captado a la perfección ese acento que requería este protagonista y esa postura y frialdad que consigue que no empatices con él en ningún momento. Pero sí que te das cuenta de esa preparación y ese esfuerzo increíble que ha tenido que hacer en cada una de las escenas. Es un trabajo de Oscar. Sin duda, alguna.

Uno de los momentos especiales que se me han quedado en la retina es cuando manifiesta las secuelas de estar tantos meses en guerra con esa tensión que se vive a diario en una guerra. Recordaba cuando tuve la ocasión de ver el monumento a los veteranos de Vietnam en Washington, en ese mural estaban inscritos todos los nombres de los que participaron y, en algunos de ellos, se incluía un símbolo que significaba de qué manera habían perdido la vida. Muchos de ellos, el símbolo era el de la locura, al regresar a casa. Cosa que cuando se lo he visto reflejado en la interpretación de Bradley Cooper, lo he entendido todo. Son realmente esclarecedoras esas escenas.

Espero que el amo Clint siga por este camino que me impresiona y me hace reflexionar y si apostáis por verla, solo aconsejo que mantengáis la distancias con lo que pretende contar. No es un alegato a favor de la guerra. Muestra la vida de este hombre que decide sacrificar todo por lo que cree, toma decisiones  erróneas y convierte su futuro en un infierno. Te hace también reflexionar sobre el valor de la guerra, que ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos y particularmente, lo triste que en el s.XXI aún tengamos que solucionar nuestros problemas de manera bélica, sin que nos afecte que arriesgamos la vida de personas. 

Os dejo uno de los temas de su maravillosa banda sonora:


 NOTA: 9 Arcones
 

No hay comentarios: